Domingo 12 de Abril 2015, y hace tiempo que pensaba en escribir esta entrada. Me lleva un tiempo dando vueltas el tema de "Cómo ser", cuando se está al servicio y se trabaja con temas que tienen que ver con la delicadeza de las almas. Durante mucho tiempo, he conocido o me han presentado todo tipo de personas que trabajan al servicio de la sanación emocional; llámese terapeutas, consteladores, facilitadores o el nombre con el que se quieran presentar. Los que trabajamos con el fin de apoyar a otros (sea por vocación, llamado personal, interés o por guía divína), somos todos distintos, tenemos distintas fortalezas, distintas historias, personalidades y formas de guiar u apoyar.
Sin embargo, es fácil que se cree la mentalidad del "santurrón" o "santurrona" que, no tan solo tiene una idea fija de como los que trabajamos en esto "debemos ser" o "debemos vernos". A qué me refiero? Me refiero a la mirada exclusiva, a la que aparta y peor que todo, a la que juzga. A aquellos que han caído en la sombra y la proyección de mirar a un colega con la mirada de "yo lo hago mejor, soy mejor y mi verdad es la única y real". Wow! Cada vez que recuerdo aquellas personas y esas actitudes, no puedo dejar de exclamar un "Wow!". No es que los juzgue, solo me asombro (aunque no debería) de la falta de empatía, de comprensión, de camaradería y principalmente de Amor. Si el amor no existe en este trabajo, para quien sea, entonces hay que parar y verse. Ver como los comentarios, las miradas, las opiniones en realidad no hablan de la persona a quien van dirigidas, hablan de la calidad humana de quien las emite.
El año pasado tuve la oportunidad de ir a un taller con Luz Rodriguez (conocida consteladora Venezolana), que entre todas las cosas que transmitió a todo quien no estaba sordo para escuchar el mensaje, la importancia de ser auténtica. Especialmente como mujer! Las mujeres somos una fuente inagotable de Vida, pero no por eso "santurronas". Somos tanto la Virgen María como María Magdalena, el problema es cuando las que estamos en este camino del servicio...nos creemos solo ser Vírgenes (o los colegas hombres nos quieren ver con un halo de virginidad) y juzgamos a otras mujeres con la varita de la mirada cesgada, si es que la colega no se acomoda a su visión del "deber ser".
Somos todos distintos, y no por eso mejor o peor que el otro. Distintos, y cada uno tiene una misión. Cómo, cuando, para qué y dónde esta se lleve a cabo es cosa de cada uno. Hay que recordar que todo es una vibración de Amor, cada vez que emites un juicio hacia otro te sales de la matríz del Amor y por ende del trabajo al servicio.
Con autenticidad y amor,
K
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